Reflexiones basadas en la obra Siete meses, dos semanas y dos días
Después de trabajar en esta obra durante siete meses, dos semanas y dos días llegó el momento de escribir sobre ella.
Estrictamente hablando comencé a trabajar en ella de niña. En mi infancia jugaba con las hormigas. Las observaba en su quehacer cotidiano y me fascinaban enormemente sus hogares. Me pasaba horas estudiando cómo entraban y salían del orificio que se adentraba en la tierra sin que yo pudiera ver las diferentes cavidades que lo componían, aunque imaginaba dónde estaría la cocina, dónde el salón y dónde las diferentes habitaciones.
En mis juegos había por un lado un componente de maldad unido a otro de ayuda, de manera que en algunas ocasiones obstruía el orificio impidiendo que entraran y salieran sus moradoras y observando cómo el pánico se apoderaba de ellas. Cuando el malestar inundaba mi ser, desatascaba la entrada y advertía cómo poco a poco se tranquilizaban. Era entonces cuando mi ayuda llegaba en forma de pequeñas miguitas de pan que esparcía
cerca del orificio. Me sentía como una especie de ser superior. La existencia de las pequeñas hormigas dependía de mi voluntad, como si yo fuera el Dios católico y poderoso que en la escuela religiosa a la que asistía tanto me hicieron temer.
Con el tiempo me he dado cuenta que no jugaba con las hormigas sino que me entretenía imaginando que yo era Dios. Seguramente era el poder de decisión lo que me atraía ya que en mi mundo infantil era en el único ámbito en el que lo podía ejercer. Mi atracción por los hormigueros no disminuyó con el tiempo. Se mantuvo latente. Nunca dejé de observarlos y la fascinación por el trabajo metódico y sin descanso de las hormigas
siempre me acompañó. El hecho de que seres tan diminutos puedan extraer del interior de la tierra cantidades tan importantes de piedrecitas en comparación con el tamaño de los mismos, me lleva a reflexionar sobre mi propio trabajo: cuidadoso, sistemático, ordenado y repetitivo.
En octubre del 2016 realicé la primera foto a un hormiguero en el término municipal de Isona i Conca Dellà, más concretamente en las inmediaciones de Covet. Pensé que después de tantos años de interés por ellos había llegado el momento de otorgarles un lugar en los posibles bordados a realizar. La foto quedó guardada, como tantas otras, esperando un momento que no tenía la certeza que llegara.
Cuando me planteé la posibilidad de presentarme a la VIII Bienal Internacional de Arte Textil Contemporáneo y viendo que el concepto del tema convocante era “Ciudad sostenible, el arte textil un tejido integrador”,siendo sincera, no se me ocurrió ninguna imagen que pudiera motivarme de inmediato y por ello comencé a hacer fotos al tranvía que pasa por debajo de mi casa y al huerto urbano que tengo en el balcón. Casi instantáneamente me di cuenta que ninguna de estas imágenes estaba dotada de la magia suficiente que para mí es imprescindible y que justifica que trabaje sobre la misma.
Fue entonces cuando pensé que sería raro que entre las 11.940 fotografías que tengo, de las cuales no todas, pero sí algunas están esperando ser bordadas, no encontrara ninguna que reivindicara su momento. Revisándolas encontré el hormiguero de octubre de 2016. No hizo falta más. Al verlo supe que por fin bordaría un hormiguero. En aquel momento ya tenía algunos conocimientos sobre la sostenibilidad ecológica de los hormigueros, pero creí necesario comenzar una tarea previa al bordado y que consistiría en una documentación científica sobre dicha sostenibilidad.
Esto me condujo a consultar las siguientes páginas web y extraer de ellas algunas anotaciones que justificaran
la elección de la imagen en relación con el tema convocante:
-https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/la-agricultura-sostenible-de-las-hormigas
“… Y es que estos insectos sociales parecen tener mucho que enseñarnos. Sin ir más lejos, la semana pasada el físico alemán Dirk Helbing demostró que los interminables atascos podrían ser cosa del pasado si aplicásemos las técnicas utilizadas por las hormigas, que son capaces de trasladarse masivamente de un lado a otro sin que se el tráfico se congestione.
“ Lo tengo claro la naturaleza tiene la respuesta a muchos de los retos que tenemos en la gestión de las ciudades en el mundo, que estamos cambiando a manos forzadas…”
“…Aquí es donde la naturaleza a través de algo que ya he hablado en algún ocasión ( la Biomimética ”), puede ayudarnos a resolver este problema, atacando la distribución ineficiente de alimentos en nuestras ciudades…”
“..Durante el día, las hormigas obreras mueven las larvas a las habitaciones más cerca de la parte superior del hormiguero, para que obtengan más calor. Por la noche, las mueven de nuevo a las cámaras inferiores. El diseño de los hormigueros varía dependiendo de la especie de hormiga..”
“… La optimización que hay en la gestión del transporte de alimentos dentro de las colonias de hormigas puede inspirarnos para optimizar el transporte de alimentos en las ciudades, adaptando la solución a cada realidad local tal y como se hacen en los hormigueros…”
“…Ya existe una empresa llamada Farm Fare que está reinventando la cadena de suministro local de alimentos incluyendo con granjas familiares, centros de distribución descentralizados y compradores orientados a la sostenibilidad que trabajan como un hormiguero…”
– https://blogthinkbig.com/biomimesis-tecnologia-animales
“… La tecnología inspirada en la naturaleza, más conocida como biomímesis, lleva revolucionando nuestro día a día desde los tiempos de Leonardo Da Vinci. ¿Qué trucos podrían ofrecernos los animales para posibilitar nuevos avances?…”
–https://faircompanies.com/articles/biomimetica-10-disenos-que-imitan-la-naturaleza/
-”…Se trata de un edificio que regula su temperatura imitando a un termitero;ventiladores que mejoran su eficiencia imitando las espirales logarítmicas de la naturaleza…”
– “…Arquitectura biomimética: un edificio que se termorregula como un termitero. ¿Es posible construir un edificio público que mantenga su interior a una temperatura constante y refrigerada durante todo el año, sin por ello recurrir a la refrigeración artificial, con los costes energéticos y medioambientales que ello supone? El Eastgate Centre de Harare, un complejo de oficinas de tamaño medio, lo ha logrado imitando el diseño de los enormes termiteros que construye la especie de termita africana macrotermes michaelseni, un característico túmulo en forma de chimenea que puede medir varios metros de diámetro y altura..”
Posteriormente a este proceso de documentación en la red, volví a realizar un trabajo de campo cuya finalidad era encontrar y fotografiar el hormiguero definitivo. Esto sucedió el 2 de junio de 2018, también en un lugar cercano a Covet. Entre esta fecha y el 6 de junio preparé todo el material: impresión y ordenación de los mapas de trabajo y localización del punto central y primero en los mismos, selección de los 75 colores y posterior codificación en función de los símbolos de los mapas de trabajo, compra de la tela y ubicación en ella del centro.
Una vez realizado todo este proceso, comencé a bordar durante 7 meses, dos semanas y dos días. Técnicamente y visiblemente el resultado es una obra que mide 39 cm de alto por 59 de ancho, con un total de 70.850 puntos, bordada sobre tela de tipo panamá y con 75 colores DMC.
Hasta aquí he expuesto las consideraciones técnicas de la obra, aquellas que son visibles al espectador. Pero existe una dimensión oculta que solo yo conozco, como autora de la obra. Se trata de la extensión temporal de la misma, en la qual el tiempo pasa a formar parte de ella. Durante 577 horas y 15 minutos he estado frente a ella, he hablado con ella, he transitado por sus mapas de trabajo y ese caminar me ha conducido a la creación de una imagen que es la que muestro. En el deambular por mi obra, han habido momentos de todo tipo, de reflexión, de alegría, de tristeza, de rabia, de duda, de distracción…y estos momentos también forman parte de ella. Sin estos momentos ella no existiría, no habría ninguna imagen que mostrar.
Está reflexión me ha conducido a considerar que en mi trabajo la imagen que yo revelo no es lo más importante. Casi que da lo mismo. Lo verdaderamente importante es el tiempo que he dedicado a crearla. Podría hacer miles y miles de cruces iguales. El tiempo es lo que cuenta. Lo verdaderamente valioso es como transito por la obra y el tiempo que le dedico. Por eso es tan importante tener mapas de trabajo. Sin ellos no puedo llegar a ningún lugar mental ni físico. El lugar físico es la imagen. El mental es personal.
También es importante que destaque la significación de la importancia del reverso de la obra. Como se puede apreciar siempre fotografío ambas caras de la misma. Anverso y reverso. Mis obras están caracterizadas por el orden, la repetición, lo sistemático. Estas características son bien visibles en el anverso. El anverso es lo que muestro en primer lugar, es lo bien visto, lo socialmente aceptable y entendible. Por el contrario, el reverso
conectaría más con el caos, el desorden, lo no aceptable, lo no ordenado, lo que muestro en segundo lugar y que sin embargo es tan importante como su contrario. Sencillamente se trata de una dualidad con la que convivo diariamente y que estaría estrechamente unida a la dimensión temporal y mental de mi obra.
No quisiera acabar esta exposición sin mencionar el tema de los residuos. 7 meses, dos semanas y dos días, ha sido la primera obra en la que de manera consciente, aunque no desde el principio, he ido guardando celosamente los residuos que generaba.
Básicamente se trata de hebras sobrantes, desechos de los lápices al hacerles punta, y etiquetas de los hilos que he utilizado. Estas sobras de la obra estarán en una caja guardadas y etiquetada con el título de la misma. Forman parte del proceso creativo. Existen porque existe la obra y la obra existe porque ellas existen, por lo tanto también son necesarias para entenderla y además cierran su ciclo constructivo
Montserrat Gual